Se trata de una Torá del siglo XVI copiada en un gran rollo de pergamino y es conocida como “Séfer Torá” y se encuentra ubicada en la Sala de Manuscritos.![]() |
Momento en el que los trabajadores de la Biblioteca General Histórica extienden la Torá en la sala de la antigua Librería. | FOTOS CEDIDAS POR LA BIBLIOTECA HISTÓRICA |
Entre los numerosos y valiosos manuscritos y códices que atesora la
Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca figura una
Torá del siglo XVI copiada en un gran rollo de pergamino. Conocido como
“Séfer Torá”, este
manuscrito tiene extendido algo
más de 33 metros de largo, por lo que su manejo resulta complicado y en pocas ocasiones se ha mostrado al público. Ahora, con el fin de favorecer su conocimiento y facilitar su consulta e investigación, la
Biblioteca Histórica ha llevado a cabo la
digitalización de esta Torá, que es, además, el
único artefacto en formato rollo que se conserva en el arcón de la
Sala de Manuscritos.
Para llevar a cabo el proyecto, en el que han contado con la colaboración de la
Unidad de Cultura Científica y el asesoramiento de los profesores
Susana González Marín y
Diego Corral Varela, tuvieron que extender el rollo en la
sala de la antigua Librería. Sobre un lienzo para evitar que tocara el suelo y con máximo cuidado, se desplegaron los
33 metros de pergamino—prácticamente todo lo larga que es la
sala antigua de la Biblioteca— para proceder a fotografiar cada columna de texto a la máxima resolución, tal y como se ha hecho con otros manuscritos de la
Biblioteca Histórica.
El resultado se podrá ver en el repositorio
GREDOS, donde se mostrarán las imágenes de la obra, también conocida como la
Ley, de gran importancia por ser una de las tres partes que componen la
Biblia judía.
“Queremos facilitar su estudio y consulta”, subrayan
Margarita Becedas, directora de la
Biblioteca Histórica, y
Óscar Lilao, jefe del
Fondo Antiguo, y explican que aprovecharon que la
Torá estaba extendida para grabar también un vídeo con un dron, imágenes que formarán parte de una exposición prevista para el otoño.
La
digitalización de la Torá surgió, precisamente, mientras preparaban la muestra
“El león y la pluma”, una exposición en torno a
San Jerónimo—este año se cumplen 16 siglos de su fallecimiento—, que tendrá lugar en noviembre en las
Escuelas Mayores del Estudio salmantino. En la muestra se podrá ver también
la Torá abierta.
Sin duda, es una de las obras llamativas de la
Biblioteca porque no es habitual que haya libros de este tipo en las librerías universitarias.
La Torá de la
Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca está datada en el
siglo XVI, sin embargo, se desconoce cómo llegó a la institución académica. Los responsables de la
antigua Librería la encontraron en el archivo del
Estudio hacia el año 1990 y, tras comprobar su buen estado, decidieron conservarla en el
Sancta Sanctorum como un valioso tesoro.
Un Pentateuco de procedencia desconocidaLa Torá es una de las tres partes que componen la
Biblia judía y está formada por
cinco libros (Génesis, Éxodo, Números, Levítico y Deuteronomio), lo que en las
biblias cristianas se conoce como
Pentateuco. En la antigüedad, la
Torá se escribía y transmitía en rollo de pergamino con el texto dispuesto en columnas y cada libro formaba un rollo separado, pero después comenzó a copiarse en grandes rollos que contenían los cinco libros dando lugar a lo que se conoce como
“Séfer Torá”. Así es el ejemplar que se conserva en la
Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca.
Este tipo de grandes rollos se utilizaba para las liturgias, pero debían respetar una serie de preceptos para que fueran aceptados para la práctica de judaísmo. Por ejemplo, el pergamino debía que ser de
gevil producido a partir del cuero de un animal que ha de ser
“kasér”, como todo el proceso de creación del rollo. Además, la escritura debe ser limpia, sin vocales y acentos, solo con texto consonántico, y la letra debe ser la cuadrática, de origen arameo, que se lee de derecha a izquierda. Desde finales de la
Edad Media hasta la actualidad, la guía principal para la copia son las normas que compiló
Maimónides y a finales del
siglo XIX se estandarizó un rollo de 248 columnas de 42 líneas.
Copiar la
Torá es todo un ritual y hasta un deber para los hombres judíos, ya que copiar un
“Séfer Torá” forma parte de las obligaciones que deben llevar a cabo los judíos al menos una vez en la vida.
La elaboración de la
Torá está plagada de curiosidades y la de
Salamanca, además, esconde un misterio. Nada se sabe sobre su origen. El profesor
Carlos Carrete Parrondo, basándose en la paleografía, propuso un origen italiano para la copia y la situó cronológicamente en la segunda mitad del siglo XVI, sin embargo, no cuenta con ninguna marca que indique su procedencia.
Hipótesis. La
directora de la Biblioteca Histórica y el jefe del Fondo Antiguo plantean varias hipótesis. Puede ser que proceda de la época de
Fray Luis de León, Martín de Cantalapiedra y
Gaspar de Grajal, cuando en la
Universidad se estudiaba el hebreo, aunque ya en aquella época había biblias hebreas impresas mucho más manejables que el
rollo de la Torá que custodia la
Universidad. Otra posibilidad es que proceda del
Colegio Trilingüe, aunque la mayor parte de obras que llegaron de este centro tienen una marca. O quizás pudo llegar simplemente porque alguna persona o institución, de forma anónima, cedió el rolló a la institución académica.
Sea como fuere, no deja de ser curioso que un libro de estas características, de marcado carácter litúrgico, llegase al
Estudio salmantino. Y lo que está claro, y así lo señalan
Margarita Becedas y
Óscar Lilao, es que cuando llegó nadie quiso darle importancia, motivo por el que, hasta la fecha, no se ha encontrado ninguna mención al respecto.
Fuente:
La GacetaVÉASEADEMÁS:Biblioteca General Histórica